La pintura de Emilio Varela inunda de luminosa belleza lugares privilegiados, y con el impulso irrefrenable que poseen las obras maestras se encumbra -morosa y serenamente- hacia los amplios espacios que le corresponden en museos y en la Historia del Arte. 

Fue fecundo en su producción pictórica y parco en cartas y otros escritos. He aquí nueve cartas en las que muestra su generoso sentido de la amistad, sensibilidad y conciencia creadora.

Epistolario

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